Albor de una guerrera by Eric González

Albor de una guerrera by Eric González

autor:Eric González
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Intriga, Romántico
publicado: 2019-03-03T23:00:00+00:00


Caminamos durante un largo rato y todo parecía igual. Pensé incluso que nos habíamos perdido en algunas ocasiones porque los árboles eran los mismos para mí. Emma parecía conocerse cada rincón de aquel bosque como la palma de su mano. Girábamos por árboles enormes y paraba en alguna ocasión observando fijamente la corteza de algunos ellos. Parecía ver algo ya que sonreía, asentía con la cabeza y salía disparada hacia alguna dirección tan rápido que me era imposible seguirla.

—¡No corras tanto! ―grité en un momento. Emma se giró y vio que casi me arrastraba por el suelo totalmente agotada.

—En serio, ¿ya no puedes más? Si apenas hemos andado nada… ―contestó ella mirando al cielo.

—Tú estás acostumbrada a este sitio, yo no ―respondí enfadada.

—Eso es. Y además, no tengo las cartucheras que me gastas ―dijo riéndose.

—¡Oye! No te pases, que estoy perfectamente ―respondí ofendida.

—Aunque estés delgada, no estás en forma. No sé a qué te has dedicado hasta ahora, pero si quieres vivir en este sitio deberás hacer ejercicio ―dijo Emma mirándome de arriba abajo, parecía que me hiciera una revisión.

—¿Podemos descansar un poco? ―dije casi rogando.

—Si no hay más remedio… ―dijo suspirando. Estaba claro que no le hacía ninguna gracia.

Nos sentamos en unos troncos que vimos cerca de ahí. Emma cogió algunos palos y hojas y preparó una hoguera simplona pero útil para no congelarnos. Dejé mi lanza a mi lado y acerqué mis manos para calentarlas a la luz de las llamas. Emma dejó su equipo a un lado también y se soltó el pelo dejándolo a merced de la brisa de aquel sitio. El movimiento de sus bucles me hipnotizó. No podía quitarle los ojos de encima a su melena rubia. Era mucho más larga que la mía y mejor cuidada: era curioso que viviera en un bosque y que tuviera esa preciosa melena. ¿Envidia?, pues sí.

—¿Queda mucho para llegar a tu casa? ―pregunté jugueteando con mis pies.

—La verdad es que no. Pero como insistías tanto en parar a descansar… ―respondió Emma.

—Si me hubieras dicho esto antes, pues habríamos continuado ―dije mirándola de reojo.

—Tú no te contentas con nada, ¿no? ―preguntó Emma mirándome con un poco de rabia. Claro estaba que se había enfadado.

Le saqué la lengua a modo de burla y ella sonrió. Cogió algunas hojas del suelo y me las lanzó a la cara jugueteando. No sabía cuántos años tendría, pero no muchos más que yo. ¿Qué le habría llevado a vivir en el bosque? Pensaba a menudo en ello, pero en ningún momento me atreví a preguntárselo. Esa mujer me intimidaba bastante y preferí no tenerla en contra.

—¡Vámonos! Ya hemos vagueado suficiente y si nos damos un poco de prisa llegaremos antes de que anochezca ―dijo Emma mientras se levantaba y sacudía su trasero.

Me sorprendí mirándole el culo sin quitarle ojo de encima. No sabía que tenía aquella mujer, pero su cuerpo me tenía atontada. No era capaz de entender como alguien como ella, que era una completa desconocida podía hacerme sentir todo aquello. Siempre



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.